“HEREDERO DE TU PROPIO TRIUNFO”





La fuerz
a de un mundo hipócrita y violento,
muchas veces tus alas de libertad quiere romper.

Fuerza de necios, fuerza bruta sin fundamento,
pero pocas, muy pocas veces esta fuerza te puede vencer.



Tú eres un fúlgido de albor.

Tú eres más fuerte y eres el valor.



Brilla esplendorosa dentro de ti,
ansiedad, inquietud,
brillan nuevos amaneceres, tus ganas de vivir,
radiante brilla, la sangre de tu juventud.



Sangre que fluye como las aguas de un manantial,
sobre un río nuevo de pasión.

Sangre que por tus venas no para de arder,
y alma que también se aflige de confusión,
pero de pronto te vuelves a fortalecer.




Tú eres como una estrella,
que en la mañana aún sigue brillando,
y eres en el camino, como una estela,
que siempre luminosa debes seguir caminando.



Tu vida, hoy es más libre que nuestro ayer,
pero hay veces, que andas perdido de un lado para otro,
siempre, siempre hay quien te sabe comprender,

pero tu camino, no …, no es tan maravilloso;




a veces no llegas donde quieres llegar,
pero tienes poderosos recursos para volver a empezar;


y aunque sea insegura tu vida dorada,

debe seguir brillando esa fuerza, en tu mirada;


hoy navegas por el mar de tu futuro dorado,
para que mañana duermas,
bajo la estrella del triunfo de tu pasado.



Brilla un fúlgido de albor, en ti,

la magia de un tiempo que empiezas a sentir.
Ansiedad, inquietud,
vida y ésta virtud,
brilla esplendorosa sobre tus venas,
sangre, la sangre de tu juventud.


Tú eres una esperanza, heredero de tu propio triunfo,
pero el camino que has de caminar es muy duro.
Hay cosas que no se respetan,

y hay puertas que se te cierran.
El destino está vigilante en las alturas,
y la justicia, pocas veces tiene respuestas para tus dudas,
pero tú no nec
esitas alcohol, ni drogas que te aten,
no necesitas armas, ni estimulantes para calmarte,
necesitas brazos y manos que te abracen,
y corazones que no estén marchitándose.



Tú eres una esperanza, heredero de tu propio triunfo,

pero sólo depende de ti, de ti depende nada más.
Grita o llora, cuando te envuelva la tristeza o la soledad,
que tus lamentos se oigan,

y sigue los pasos que conducen a la paz …,
los pasos que conducen a la paz, sólo..., sólo para la paz.






















Autor:( Copyright) Vicente V. Solera