"JAMÁS PODRÁN DOBLEGAR A TANTO CORAZÓN"


Hoy, mi corazón,
baja a mis amados valles.

Hoy, quiero ver,
como ayer,
lo que están haciendo
esos heroicos infames.


Hoy, dejo atrás el lugar donde vivo y,
vuelvo a mis viejas calles,

vuelvo a mi pueblo,
el lugar que nunca olvido,
ni con el paso de los años,

quiero estar al lado,
de los hombres, de las mujeres,
de los niños y de los ancianos,

si más cerca no puedo,
sí entrego mi corazón,
a sus manos.

En esta tierra de vándalos,
jamás podrán doblegar a tanto corazón,
a nosotros no nos domina la ira
que provoca el rencor,

ni somos presos
de tanta locura, sin razón.




Nosotros,
siempre volveremos a empezar,

somos las mismas personas que en el ayer,
con esfuerzo y tesón,
construimos un nuevo hogar.

Vosotros nunca podréis
ver un nuevo amanecer,

porque sólo tenéis armas para destruir
y corazón para odiar,

pero en esta tierra que es mi tierra también,
y vosotros queréis corromper,
jamás podrán doblegar a tanto corazón.



Volveremos a construir un nuevo pueblo
y una nueva ciudad,

volveremos a sembrar las semillas
de la reconciliación,

para volver a vivir,
para no dejar de amar.

Vosotros,
ni con fuego, ni con cadenas,
podréis con tanto corazón.




Trabajaremos la misma tierra
que vosotros nunca habéis amado,

sólo tenéis alma para destruir,
vuestro mismo pueblo, habéis destrozado,
sólo tenéis corazón para malherir,
y sois esclavos de vuestra maldita condición,
corazón despiadado,

corazón inhumano.



Pero en esta tierra de vándalos,
jamás podrán doblegar a tanto corazón.
Fabricaremos aliados,
los muros de un nuevo hogar,

nacerán nuevos corazones,
nacerán nuevas ilusiones,
concebiremos nuevos corazones
y otra vida nueva más,

volveremos si es preciso,
volveremos a empezar.

Vosotros nunca podréis,
con tanto corazón que vive para la paz,

vuestra violencia y vuestra deslealtad,
se convertirá al fin, en nuestra libertad.



Hoy, mi corazón,
sube de nuevo a lo más alto de las montañas,
para clavar,

con los hombres, con las mujeres,
con los niños y con los ancianos,

estandartes que jamás podrán doblegar,
una bandera teñida de verde
y otra teñida de blanco,

por nuestro pueblo,
con nuestras manos,

por los que matan, por los que mueren,
en esta tierra de vándalos.




Vosotros sólo sois,
efímera libertad,

esclavos de vuestra maldita condición.
Nosotros construiremos un nuevo pueblo,
una nueva ciudad,

vosotros sois presos de vuestra propia perdición.
En esta tierra de vándalos,
jamás podrán doblegar, a tanto corazón.












Autor:( Copyright) Vicente V. Solera



“HOY ME HE ACERCADO A ESTA TIERRA”















Oh! Infinito y grandioso mundo mío,
que en mi juventud no me importabas tanto,
me mostraba indiferente y frío,
nunca me interesó, ni tu angustia ni tu encanto,
mas hoy por ti, como un desafío,
adecuadas palabras voy buscando.



¡Ay! Mundo mío, que un día para siempre, así tal vez,
como durmiendo y sin dolor, dulcemente te dejaré,
mas hoy, dejo atrás todo este gentío,
pues aunque es agradable sentirlo,
hoy necesito por un momento, apartarme de el;



porque ahora, viejo mundo, quiero dejar de mirarte
como una extraña lejanía,
y encontrarme a solas contigo,
no quiero dejar de admirarte,
y busco tu agradable cercanía,
para ser tu más sincero testigo.



¡Ay! Mundo mío, van pasando las horas perennes del tiempo,
y yo como otros,
veo tu júbilo, pero también tu entristecimiento;



en más de un sueño, he ilusionado incansable,
el fin de tu infelicidad,
pero siento que es inevitable,
hablar de esta triste verdad;



que unos trabajan duro para que otros no sufran,
otros sufren para que unos disfruten de la vida,
y unos mueren sin razón …, para que otros vivan,
y así, así cada día,
la felicidad de algunos
es tristeza para otros,
y lo que son placeres para unos,
para otros son tristes sollozos.



Y quién seguirá dándole un arma a ese niño,
para seguir matándole su libertad,
y quién otra vez con un cuchillo,
partirá en dos el corazón del que quiere vivir y amar;



y quiénes conseguirán redimir,
a esas personas que no pueden vivir en paz,
porque hay quien no sabe vivir,
sin sentirse héroe de una lucha ineficaz;



y quiénes al fin,
podrán impedir,
el triste llanto del sentimiento y el decoro,
de la miseria y el abandono;



y mañana quién otra vez, intentará adueñarse con su potestad,
adueñarse de los derechos,
de los sueños y los deseos,
de algunas personas que sólo quieren vivir entre la sociedad.



¡Oh! Infinito y grandioso mundo mío,
que ayer me mostraba indiferente y frío,
hoy dejo de mirarte como una extraña lejanía,
y busco tu agradable compañía,
para ser tu más sincero testigo.



Hoy me he acercado a esta tierra,
a mi tierra, a tu tierra, a nuestra tierra,
si no a trabajarla con mis manos,
sí a observarla con mi mirada y con el corazón,
sí a conocer a los que dicen ser mis hermanos,
y entregarme en cuerpo y alma, hasta perder la razón.
Pero quién intentará otra vez ,
que el alba no nos bese en nuestros ojos y en nuestra piel.
Que Dios nos salve a todos, de toda …, de toda injusta ley.



Hoy me he acercado a esta tierra.
A mi tierra, a tu tierra... A nuestra tierra.





















Autor: ( Copyright ) Vicente V. Solera.