“CUANDO LOS ÁRBOLES ME SUSURREN AL AMANECER”


El lucero de una estrella despierta las inquietudes de mi ser.
Escondidos en los pliegues de mis manos y de mis dedos,
están los exultantes tiempos de mi niñez,
y me despojo por unos segundos, de la prisión de mis miedos,
para agradecerte vida, tu agradable desnudez.


Las nubes me dibujan alas pintadas con los colores de la libertad,
y las primeras canciones del bello ruiseñor,
despiertan mis ojos, para que pueda ver, tanta beldad,
y te doy las gracias vida, por tan gozoso resplandor,
y gracias, porque el amor pudo … con tan inexorable maldad.


Cuando los árboles me susurren al amanecer,
a la alborada yo le voy a contar,
vida, cuanto, cuanto yo te amaré.
Tiembla aún, el lucero de mi despertar,
y a mi amor, las bellas arrugas de sus senos, de nuevo besaré,
gracias vida, por tu agradable forma de amar,
y gracias por darle tanta vida a mi ser.
Las sombras de mi juventud, hoy, las besa bello resplandor,
como a ti, como a ti, mi pequeño gran ruiseñor,
y en el bulevar de los amantes, con la mirada desnuda,
suenan besos en la piel del anochecer,
el amor y la esperanza, besa las venas de la luna,
como los amores de siempre, como los corazones de ayer,
en el bulevar de los amantes, donde perdí mi niñez.


Cuando tú, mi vida, me regales otro día más,
y me regales el beso que no me dice adiós jamás,
comprenderé otra vez,
que ni la plata, ni el oro,
ni los diamantes, ni las perlas, son gran tesoro,
y a la alborada yo siempre le diré,
vida, cuanto, cuanto yo te amaré.
Cuando el viento haga susurrar a las flores, que aún puedo ver.
Cuando los árboles me susurren, al amanecer.



Autor:( Copyright) Vicente V. Solera

2 comentarios:

nickjoel dijo...

que belleza, yo tambien le agradezco a la vida tanta belleza, tanta inspiracion, tanto que me regala, me encanta esa metafora de los arboles que susurran, es genial.....

que inspirado has estado vicente, nos has traido cosas maravillosas...

diso te bendiga hermano

Raquel Graciela Fernández dijo...

La mirada de la luz sobre todo. Qué bonito poema.
Cariños!